Puede ser la guerra o, en el mejor de los casos para Telefónica, simplemente un ramalazo de orgullo de un hombre nada acostumbrado a perder. Carlos Slim, dueño de América Móvil y primer accionista de KPN, sorprendió ayer con una maniobra de dimensiones inciertas.
Hay que remontarse justo una semana atrás, cuando Telefónica desplegó su ofensiva en Alemania, con la compra de E-Plus, filial de telefonía móvil de KPN. La adquisición podía representar una provocación para el hombre más rico del mundo. Y así parece que lo ha interpretado.
Ante el nuevo escenario que representa para Slim la pérdida de la filial alemana de KPN, el activo más valioso de la compañía holandesa, el empresario ha decidido romper el pacto que le impedía superar el 29,9% del capital de KPN. Es decir, una vez abiertas las hostilidades, Slim tiene en su mano lanzar una opa sobre la totalidad de KPN y, de esa forma, frenar la compra de su principal competidor en Latinoamérica.
Por un lado, América Móvil se ha liberado del compromiso que le impedía obrar a su antojo. Por otro lado, nadie en el grupo mexicano ha confirmado hasta el momento que vaya a aumentar su participación hasta el 30% en KPN... aunque la posibilidad planea en el ambiente.
Si el grupo azteca decidiera opar KPN, el tiempo juega en su contra, ya que el acuerdo de compra estaba supeditado a la aceptación por parte de la junta extraordinaria de accionistas tanto de Telefónica Deutschland como de KPN, que previsiblemente se celebraría el próximo septiembre. Con el calendario en la mano, todo apunta a que no existe suficiente plazo como para que una hipotética opa hostil llegue a dar la vuelta a la situación.
Como agua y aceite
Vaya por delante que América Móvil y Telefónica son rivales acérrimos en Latinoamérica, con duelos comparables a los protagonizados por Pepsi y Coca-Cola, Burger King y McDonalds o Apple y Google. También conviene recordar que el primer escarceo serio del grupo mexicano en el mercado de las telecomunicaciones europeo ha sido lo más parecido a un fiasco, con pérdidas de cerca de 2.000 millones de euros en KPN en apenas un año. Desde julio de 2012 hasta la fecha, la multinacional holandesa ha perdido en bolsa más de 55% de su valor. No fue el caso de ayer, que ante el atisbo de una OPA, los títulos repuntaron el 4,6%, hasta los 1,98 euros. Las acciones de Telefónica Deutschland y de la matriz se mostraron indiferentes, con alzas del 0,06 y 0,05%, respectivamente. Al cierre de esta edición, los títulos de América Móvil ganaban un 1,97% en el mercado mexicano.
La chispa prendió cuando KPN y Telefónica anunciaron el pasado martes que la primera vendía su filial E-Plus a la española por 4.140 millones de euros en efectivo y el 17,6% de las acciones de la compañía resultante de la unión de Telefónica Deutschland y E-Plus.
América Móvil se limitó a indicar que conservaría uno o dos vocales en el consejo de administración de la holandesa, en función de su nivel de participación en la compañía (uno si es del 10% o superior, y dos si supera el 20%), como indicó un comunicado distribuido ayer por la multinacional holandesa.
KPN es el principal proveedor de servicios de telecomunicaciones en Holanda, con una participación de 45% en el mercado de líneas fijas y móviles. Por su parte, América Móvil, que opera en 20 países en América y Europa, llegó a la cifra de 328,8 millones de abonados el pasado junio, incluidos 262 millones de teléfonos móviles, 30,7 millones de líneas fijas, 18,2 millones accesos a banda ancha y 17,8 millones clientes de televisión de pago. Telefónica confirmó el pasado jueves que su cartera de clientes superó los 317 millones a finales del pasado junio, 249 millones de ellos de telefonía móvil.
Los abogados de Telefónica y KPN ya redactaron en la letra pequeña del contrato de compraventa diversas indemnizaciones en el supuesto de que la operación no prosperara. En el caso de que las autoridades regulatorias pusieran freno a la compra, Telefónica Deutschland tendría que pagar 100 millones de euros. Asimismo, tanto KPN como Telefónica deberán hacerse cargo del pago de 50 millones en el improbable supuesto de que los accionistas de ambas compañías no concedan el visto bueno a la operación.
Hay que remontarse justo una semana atrás, cuando Telefónica desplegó su ofensiva en Alemania, con la compra de E-Plus, filial de telefonía móvil de KPN. La adquisición podía representar una provocación para el hombre más rico del mundo. Y así parece que lo ha interpretado.
Ante el nuevo escenario que representa para Slim la pérdida de la filial alemana de KPN, el activo más valioso de la compañía holandesa, el empresario ha decidido romper el pacto que le impedía superar el 29,9% del capital de KPN. Es decir, una vez abiertas las hostilidades, Slim tiene en su mano lanzar una opa sobre la totalidad de KPN y, de esa forma, frenar la compra de su principal competidor en Latinoamérica.
Por un lado, América Móvil se ha liberado del compromiso que le impedía obrar a su antojo. Por otro lado, nadie en el grupo mexicano ha confirmado hasta el momento que vaya a aumentar su participación hasta el 30% en KPN... aunque la posibilidad planea en el ambiente.
Si el grupo azteca decidiera opar KPN, el tiempo juega en su contra, ya que el acuerdo de compra estaba supeditado a la aceptación por parte de la junta extraordinaria de accionistas tanto de Telefónica Deutschland como de KPN, que previsiblemente se celebraría el próximo septiembre. Con el calendario en la mano, todo apunta a que no existe suficiente plazo como para que una hipotética opa hostil llegue a dar la vuelta a la situación.
Como agua y aceite
Vaya por delante que América Móvil y Telefónica son rivales acérrimos en Latinoamérica, con duelos comparables a los protagonizados por Pepsi y Coca-Cola, Burger King y McDonalds o Apple y Google. También conviene recordar que el primer escarceo serio del grupo mexicano en el mercado de las telecomunicaciones europeo ha sido lo más parecido a un fiasco, con pérdidas de cerca de 2.000 millones de euros en KPN en apenas un año. Desde julio de 2012 hasta la fecha, la multinacional holandesa ha perdido en bolsa más de 55% de su valor. No fue el caso de ayer, que ante el atisbo de una OPA, los títulos repuntaron el 4,6%, hasta los 1,98 euros. Las acciones de Telefónica Deutschland y de la matriz se mostraron indiferentes, con alzas del 0,06 y 0,05%, respectivamente. Al cierre de esta edición, los títulos de América Móvil ganaban un 1,97% en el mercado mexicano.
La chispa prendió cuando KPN y Telefónica anunciaron el pasado martes que la primera vendía su filial E-Plus a la española por 4.140 millones de euros en efectivo y el 17,6% de las acciones de la compañía resultante de la unión de Telefónica Deutschland y E-Plus.
América Móvil se limitó a indicar que conservaría uno o dos vocales en el consejo de administración de la holandesa, en función de su nivel de participación en la compañía (uno si es del 10% o superior, y dos si supera el 20%), como indicó un comunicado distribuido ayer por la multinacional holandesa.
KPN es el principal proveedor de servicios de telecomunicaciones en Holanda, con una participación de 45% en el mercado de líneas fijas y móviles. Por su parte, América Móvil, que opera en 20 países en América y Europa, llegó a la cifra de 328,8 millones de abonados el pasado junio, incluidos 262 millones de teléfonos móviles, 30,7 millones de líneas fijas, 18,2 millones accesos a banda ancha y 17,8 millones clientes de televisión de pago. Telefónica confirmó el pasado jueves que su cartera de clientes superó los 317 millones a finales del pasado junio, 249 millones de ellos de telefonía móvil.
Los abogados de Telefónica y KPN ya redactaron en la letra pequeña del contrato de compraventa diversas indemnizaciones en el supuesto de que la operación no prosperara. En el caso de que las autoridades regulatorias pusieran freno a la compra, Telefónica Deutschland tendría que pagar 100 millones de euros. Asimismo, tanto KPN como Telefónica deberán hacerse cargo del pago de 50 millones en el improbable supuesto de que los accionistas de ambas compañías no concedan el visto bueno a la operación.