Los KPI (Key Performance Indicators o Indicadores Clave de Desempeño)
miden el nivel del desempeño de un proceso determinado, enfocándose en
el “cómo” e indicando que tan efectivos son los procesos, de forma que
se pueda alcanzar el objetivo fijado.
Cada KPI obtiene un
valor único de un origen de datos, ya sea desde una única propiedad o
mediante el cálculo de promedios de datos seleccionados y, a
continuación, compara este valor con un valor preseleccionado por el
administrador. Puesto que los valores se calculan a partir de un
intervalo de datos en lugar de mostrar datos en un formulario de lista,
los KPI tienden a ser más útiles al medir el
rendimiento en varios grupos o proyectos. Sin embargo, al calcular un
intervalo de datos para una persona específica, como una lista de ventas
para un único empleado, un KPI puede evaluar el rendimiento individual.
Los KPIs son métricas
financieras o no financieras, utilizadas para cuantificar objetivos que
reflejan el rendimiento de una organización, y que generalmente se
recogen en su plan estratégico. Estos son volcados en el Balanced
Scorecard o Tablero de Comando, que los recoje y muestra en rojo,
amarillo o verde según esten cumpliendo o no con el objetivo propuesto.
Los KPIs son “vehículos
de comunicación”; permiten que los ejecutivos de alto nivel comuniquen
la misión y visión de la empresa a los niveles jerárquicos más bajos,
involucrando directamente a todos los colaboradores en realización de
los objetivos estratégicos de la empresa.