Los individuos reconocen e interpretan los distintos eventos que los rodean y, mediante diferentes herramientas, pueden controlar, gestionar y dirigir sus acciones en pro de cumplir sus objetivos personales.
Es decir, el individuo no permanece indiferente frente al mundo que lo rodea y siempre tiene la opción de ejercer acciones, que de una u otra forma, marcan el camino a seguir y permiten de cierta forma predecir su futuro.
¿Cuáles son las herramientas que nos brindan y/o otorgan dicho control y permiten reconocer distorsiones que, si no son detectadas a tiempo, pueden provocar un impacto relevante, tanto a nivel operacional como financiero?
Hoy en día y de acuerdo a las mejores prácticas, las Metodologías de Riesgo Operacional brindan las herramientas para cubrir estos factores, una de las cuales son los Indicadores Descriptivos de Riesgo (Key Risk Indicators ó KRI), las que buscan cuantificar el nivel de riesgo de la entidad.
Un KRI es, por lo general, un indicador de origen cuantitativo, aunque puede ser también de tipo cualitativo, cuyos valores son generalmente calculados sobre la base de datos estadísticos históricos que permiten representar los valores de un factor de riesgo considerado clave.
La utilización de los indicadores de riesgo permitirá incorporar un sistema de gestión que proporcionará pistas claras sobre el nivel de riesgo operacional de una entidad, convirtiéndose éstos en la primera instancia de medición de riesgo y gestión de los mismos.
Fuente: Deloitte - Chile