La huella de carbono es conocida como la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI) generados directa o indirectamente por la actividad antropogénica, es decir, las acciones desarrolladas por el hombre, la que se expresa en toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e). La huella de carbono ha tomado gran relevancia a nivel empresarial y las compañías están realizando esfuerzos por desarrollar una eficaz estrategia asociada a su gestión del carbono, identificando las emisiones de (GEI) a lo largo del ciclo de vida de sus productos, incluyendo su cadena de suministros.
Las oportunidades comerciales asociadas a la gestión de la huella de carbono fortalecen el valor de los accionistas, es por ello que cobra relevancia la identificación de los impactos de las nuevas normativas nacionales e internacionales en cambio climático, así como el cambio en las preferencias de los consumidores y la forma de hacer negocios. En este sentido, las empresas deben responder a preguntas tales como: ¿Cuán grande es mi huella de carbono?, ¿cómo se distribuye en la empresa y en cadena de suministro?, ¿hay puntos que requieren una especial atención?
En Chile, la tendencia es que la huella de carbono se transforme en un factor diferenciador para el mercado nacional, cumpliendo con las exigencias internacionales de mercados desarrollados. Una de las formas de conocer la huella de carbono es:
• Definir el alcance de la medición de huella del carbono
• Medir las emisiones utilizando protocolos internacionales,
• Desarrollar estrategias y objetivos de “mitigación” de las emisiones
• Compensar emisiones “inevitables”
• Verificar y certificar la huella de carbono medida
• Comunicar su huella de carbono a los grupos de interés
Finalmente, la gestión de la huella de carbono se ha transformado en una ventaja competitiva para muchas compañías, que mediante su medición y neutralización, y por ende, menor impacto al medio ambiente, es una herramienta para fortalecer la reputación corporativa.
Las oportunidades comerciales asociadas a la gestión de la huella de carbono fortalecen el valor de los accionistas, es por ello que cobra relevancia la identificación de los impactos de las nuevas normativas nacionales e internacionales en cambio climático, así como el cambio en las preferencias de los consumidores y la forma de hacer negocios. En este sentido, las empresas deben responder a preguntas tales como: ¿Cuán grande es mi huella de carbono?, ¿cómo se distribuye en la empresa y en cadena de suministro?, ¿hay puntos que requieren una especial atención?
En Chile, la tendencia es que la huella de carbono se transforme en un factor diferenciador para el mercado nacional, cumpliendo con las exigencias internacionales de mercados desarrollados. Una de las formas de conocer la huella de carbono es:
• Definir el alcance de la medición de huella del carbono
• Medir las emisiones utilizando protocolos internacionales,
• Desarrollar estrategias y objetivos de “mitigación” de las emisiones
• Compensar emisiones “inevitables”
• Verificar y certificar la huella de carbono medida
• Comunicar su huella de carbono a los grupos de interés
Finalmente, la gestión de la huella de carbono se ha transformado en una ventaja competitiva para muchas compañías, que mediante su medición y neutralización, y por ende, menor impacto al medio ambiente, es una herramienta para fortalecer la reputación corporativa.
*Columna publicada en el Diario La Segunda