Miles de indígenas marcharon el pasado jueves por las calles de Quito en rechazo a la negociación de contratos con grandes firmas mineras.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que no dará marcha atrás en su plan para desarrollar la minería a gran escala en el país, en desafío a un grupo de indígenas que pide evitar la explotación industrial de los millonarios depósitos.
Miles de indígenas marcharon el pasado jueves por las calles de Quito en rechazo a la negociación de contratos con grandes firmas mineras, en medio de la preocupación del mandatario por eventuales enfrentamientos con sus seguidores, que también manifestaron a su favor en algunas plazas.
La dirigencia indígena ha exigido a las autoridades del Estado que se cumpla la norma de la Constitución ecuatoriana que dispone el consultar a las comunidades acerca de los proyectos de explotación de recursos no renovables que se encuentren en sus tierras. Dichas consultas no son vinculantes, pero la dirigencia de la CONAIE ha reiterado que espera que en ellas se busquen consensos antes que “imposiciones” del Gobierno.
El presidente Correa ha reiterado, de su parte, que su administración impulsa una minería responsable en lo social y ambiental, repitiendo su frase de que “no podemos ser mendigos sentados en un saco de oro”.
Las protestas se desataron tras la firma de un contrato con la compañía china Ecuacorriente para la explotación del proyecto Mirador, el más grande de cobre del país andino. El gobierno negocia además otros contratos para el desarrollo de minas de oro, cobre y plata con firmas como las canadienses Kinross e Iamgold.
Fuente: Latinomineria