La industria minera estará siguiendo de cerca las conclusiones de la reunión de los miembros de la Estación Espacial Internacional que se llevará a cabo esta semana en la ciudad de Quebec, Canadá, en la cual se tocará -entre otros temas- la posibilidad de explorar y explotar la Luna.
Según Canadian Business, el país del norte tendría una relevancia significativa en cualquier debate sobre exploración lunar, ya que un cuarto de las compañías mineras más grandes del mundo tienen sede en Canadá. El país también es conocido por su tecnología en robótica y un ejemplo de esto es el famoso Canadarm, brazo mecánico utilizado en el espacio para la manipulación remota.
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de EE.UU. (NASA), ha venido fomentando la investigación para determinar el valor mineral de los asteroides cercanos a la tierra, en especial la luna. Según informó Mining.com en el 2009, la NASA inauguró la primera competencia minera lunar con la esperanza de que una futura operación robótica minera en la luna pueda producir la energía necesaria en las ciudades más grandes de la tierra y que sirva de estímulo para una mayor exploración humana del espacio planetario.
La Lunabotics Mining Competition apunta a generar “ideas y soluciones innovadoras, las que podrían ser aplicadas en excavaciones lunares reales de la NASA.” Estas podrían producir la energía que requieren las ciudades en la tierra y la exploración espacial en el futuro.
Incluso compañías privadas, como el gigante de los motores de búsqueda Google están entrando en este terreno. Google patrocina una competencia llamada “Lunar X-prize,” que otorgará US$30 millones a equipos financiados de forma privada que se animen a lanzar y operar equipos motorizados en la Luna. La competencia ya atrajo solicitudes de 33 equipos. En total, estos han gastado más dinero que el que se dará como premio.
El ingeniero mecánico, geólogo y último astronauta en explorar la luna, Harrison Schmitt, afirma que “aprender a hacer minería de helio-3 en la luna creará la infraestructura tecnológica para nuestros inevitables viajes a Marte y más allá.”
Schmitt es ahora un defensor de la comercialización de la luna.
A pesar de que una considerable cantidad de suelo lunar tendría que ser procesada para producir la suficiente cantidad de helio-3 que provea de energía a una gran ciudad por un año, Schmitt cree que las plantas basadas en helio-3 ofrecerían gastos operativos más bajos.
Los geólogos planetarios especulan que los cráteres polares de la Luna podrían contener billones de toneladas de hidrógeno, quizás incluso en forma de hielo. La intrigante evidencia traída por el Lunar Prospector y la misión Clementine en los noventas parece reafirmar esta idea.
Misiones lunares recientes, incluyendo el satélite Chandrayaan-1 y la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, también lo confirman. Ahora falta nada más determinar la cantidad, calidad y accesibilidad del Hidrógeno.
A pesar del costo, siguen surgiendo iniciativas privadas. Por ejemplo Schmitt es ahora un defensor y líder de la comercialización de la luna. Él es el presidente de Interlune Intermars Initiative Inc., organización cuya meta es fomentar la inclusión del sector privado en el uso de los recursos lunares.
Sin embargo, aún hay temor de que la explotación de estos recursos pueda desestabilizar el mercado, provocando una baja en los precios de los metales y el consecuente desequilibrio en las economías que dependen de estos recursos.
Fuente: Mining