Internet y los nuevos medios
Para Bernardo Sorj, sociólogo e historiador de la ONG Plataforma Democrática, los nuevos medios pueden afectar el quehacer político en tres instancias.
En el Poder Ejecutivo está la posibilidad de facilitar la vida de los ciudadanos con el gobierno electrónico, desburocratizando y facilitando la transparencia en cuentas públicas (al colocar el material disponible en Internet).
En la misma línea, valora el hecho de que haya compras en remates públicos que permitan la participación visible de diferentes proveedores al gobierno.
En cuanto a comunicación, se han generado nuevos mecanismos de marketing político especializados en Internet, tal como antes nacieron los especialistas en apoyar a los políticos en televisión.
Como tercer punto, está la participación de la gente, aunque aún no está claro cuáles son las formas en que ésta se dará, ya sea para apoyar a políticos o para movilizarse para sus propias causas. Hasta el momento Internet o los teléfonos celulares han permitido “chispazos”, movimientos no programados donde la gente se moviliza rápidamente para una protesta social, como en el caso de los atentados de Atocha o los cacerolazos.
Sin embargo dice que hasta el momento los medios digitales no se han mostrado como sustitutos para movilizaciones de largo alcance capaces de revivir el papel de los partidos políticos y su capacidad de representación social. “Son un excelente movilizador de información, para generar acciones rápidas”.
De todas maneras explica que la actividad política se está reapropiando de la web a través del uso del marketing político. En este caso los mecanismos pueden ser o no transparentes, como el caso de Brasil, donde para ciertas campañas empiezan a circular mails que parecen personales y fueron creados por centrales de marketing político.
Para Sorj, muchos Internet sería “el mundo ideal… pero pienso que como cualquier otro medio existe la necesidad de cierta regulación”, aunque expresó que no está claro de qué tipo podría ser ésta.
También destacó algunas ventajas de los medios tradicionales, que si bien no están tan alcance de las personas como los blog y otros “nuevos medios”, siempre se podía saber con relativa certeza quién era el emisor de un mensaje y evaluar en base a eso su credibilidad. En los medios digitales no siempre sucede así.
En este sentido, una ONG, por ejemplo, no tiene los mismos recursos para combatir en el ciberespacio a una gran empresa. Especialmente si se tiene en cuenta un principio básico de Internet: “Si parece… lo es”.
Es decir, si se manda un mensaje que coincide con las apreciaciones previas de quien la recibe, existen altas posibilidades de que se reciba como verdadero.
Cuestiona también la idea de la igualdad en Internet, ya que la misma está distribuida en forma no igualitaria (brecha digital por acceso). Ejemplificó que en su momento Lenin dijo que la radio sería el medio socialista por excelencia, mientras que en la realidad el mundo capitalista la adaptó bastante bien a sus modelos de negocios, independientemente de que existieran otras modalidades.
Alejandro Prince
Este académico y presidente de Prince & Cook, empresa dedicada a la investigación de mercados del área informática, dice que los nuevos políticos van a tener que incorporar a los medios digitales como una herramienta más.
Así, internet se hace presente de tres formas:
En las campañas políticas (propaganda y marketing especializado en Internet)
En la actividad política horizontal (movimientos ciudadanos y junta de firmas, por ejemplo, potenciados por blogs, celulares y otras plataformas digitales)
Y en la actividad “de la gente con la gente” (la inteligencia colectiva de Wikipedia por ejemplo).
“Hay políticos que han captado la esencia, han usado internet y los nuevos medios como parte de su campaña para comunicarse, conectarse, recaudar plata… desde lo emotivo, desde lo racional, desde lo económico, desde lo vincular… y hay otros que se resisten”.
Para el doctor en Ciencias Políticas y Master en Economía, parte de esta diferencia en el uso se puede explicar por un tema generacional, aunque admite que sería simplificar mucho el tema.
Así, la diferencia entre lo cívico y lo político se hace más difusa y no se podrán separar. “Permanentemente la gente común, no política, lucha por derechos civiles más que políticos. Si peleamos a veces los derechos políticos es porque son garantía de los civiles”. Habla de libertad de expresión, religión, etc.
¿Y cómo están aprendiendo los protagonistas del mundo político a usar estas herramientas? “Se aprende por uso… como siempre ha aprendido el ser humano las cosas”.
Alejandro Prince opina que más que el énfasis en lo digital, debe hacerse hincapié en las relaciones que se establecen dentro de la red. Esto es mucho más predictivo de lo que pasará en la política, los medios y la sociedad en general. Y es que estamos en un proceso que va a cambiar las relaciones de poder.
El ciberespacio y el espacio son uno, comenta. “Hay solamente un espacio y es el humano”. Y en este espacio compartido es donde se da la verdadera brecha. No la de acceso, que se acortará cada vez más, sino de educación y riqueza. Es decir, entre los que estarán conectados generando valor y aumentando su productividad, y los que estarán sólo de manera pasiva.”La brecha real es sobre la apropiación, qué es lo que hago con (Internet)”.
Afirma también que en la convergencia de medios seguirán existiendo los grandes canales, y que terminarán trabajando con los medios netamente digitales, sólo que ahora la agenda de temas que se hará más lateral.
La red no es en sí mala ni buena. “Lo que hacemos con Internet es un descubrimiento de cada uno de los usuarios… como la escritura”. Es importante que todos aprendan a escribir, independientemente de que más tarde escriban literatura o se dediquen a rayar baños.
¿En este nuevo escenario, con los nuevos medios tomando cada vez más presencia, cuál es el futuro de los medios tradicionales?