El apoyo a la internacionalización de las empresas constituye un pilar de la política exterior de las grandes potencias. Los Estados Unidos involucran incluso a sus servicios secretos en la elaboración de informes estratégicos y en el seguimiento de las inversiones de sus multinacionales. Tener una red de oficinas comerciales extensa y, sobre todo, bien distribuida es clave para consolidar la imagen país y el éxito de las compañías en un entorno global donde la "diplomacia del producto" casi pesa más que la convencional.
España se ha incorporado tarde a esta carrera –Alemania o Italia ya contaban con organismos de promoción exterior a principios del siglo XX–, y además posee una red de oficinas más pequeña que sus principales competidores. En concreto, tiene 95 sedes de diplomacia comercial, frente a las 115 de Italia, 167 del Reino Unido, 120 de Alemania o 153 de Francia.
No obstante, responsables del Ministerio de Industria reconocen al diario Expansión que el problema no está tanto en el número sino en la distribución de las fichas en el tablero de juego. La presencia diplomática y consular española es muy fuerte en Europa, destino tradicional de las exportaciones nacionales, pero poco visible en países emergentes. En Asia, por ejemplo, solo está localizado un 13% del servicio exterior y en Oriente Próximo, un 8%, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Para muestra un botón. Italia cuenta con seis oficinas comerciales en Rusia, frente a una de España, a pesar de que este país es uno de los mercados fijados como prioritarios para la economía nacional –este mismo año se ha puesto en marcha un plan para potenciar las relaciones–. En Brasil, destino más atractivo para los inversores españoles según el último barómetro del Círculo de Empresarios, solo hay ubicadas dos oficinas comerciales, frente a las seis del Reino Unido y Alemania. Los británicos también poseen más representación que España en México, pese a las relaciones históricas con este país. Y un estado relativamente pequeño como los Países Bajos, tiene distribuidas nueve sedes comerciales en China, frente a las cuatro de España. Y así ocurre en muchos otros países.
En un momento en el que el sector exterior está activando la economía nacional, la organización de su red comercial en el resto del mundo no es baladí. Por cada consulado u oficina comercial abierta, la venta de bienes y servicios a este país crece entre un 6 y un 10%, según un informe del Ministerio de Industria. De la internacionalización dependen 6,5 millones de empleos, según datos del ICEX. Una buena parte son de alta cualificación.
Fuente: foromarketing.com