Las multinacionales sufren en Europa
La caída del consumo privado en los países periféricos del sur de Europa se ido trasladando de forma paulatina al centro y norte del continente, afectando sin distinción de negocios y actividades a las principales multinacionales. Compañías de la talla de Electrolux, Nestlé, Volkswagen, Renault, Schneider u Orange, por citar algunos nombres, han certificado al término del primer trimestre del año peores resultados que en igual periodo de 2012. De forma que las ganancias que obtienen en otras partes del mundo resultan mermadas por la caída de la demanda europea. Y lo peor es que esta tendencia, lejos de ceder con el paso de los meses, seguirá instalada durante todo el año. El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, por poner un ejemplo, opina que este ejercicio pondrá a prueba a todo el sector de automoción. Las grandes empresas se suman así a la creciente corriente partidaria de estimular el consumo en Europa.
La morosidad de las grandes empresas
No solo las Administraciones públicas tardan en saldar sus cuentas con los proveedores. En el sector privado, las grandes empresas siguen una táctica similar y tardan una media de 133 días en pagar. De nuevo los grandes perjudicados son las pymes y autónomos, que se encuentran asfixiados entre ambos. Curiosamente, autónomos y pymes saldan sus deudas en una media de 67 días. Los datos son esclarecedores de dónde se necesita que fluya el crédito y hacia quién hay que dirigir los esfuerzos para que tenga más efecto. La Unión Europea debería hacer extensiva a estas empresas la normativa que desde el 1 de enero aplica a las administraciones, para que realicen los pagos en 30 días, bajo la amenaza de penalizar los retrasos.
CONSTRUIR SOBRE LA HERENCIA DE MONTI.
Esto es lo que recomienda la OCDE al nuevo Gobierno italiano para aumentar la productividad e impulsar su competitividad internacional. Dos de los principales obstáculos que tiene que remover Italia, además de solucionar el problema de la elevada deuda pública. La OCDE insiste en la importancia de poner al país en la senda de la consolidación fiscal.
Esta actuación se debe combinar con medidas para liberalizar los mercados laboral y de servicios profesionales.
La caída del consumo privado en los países periféricos del sur de Europa se ido trasladando de forma paulatina al centro y norte del continente, afectando sin distinción de negocios y actividades a las principales multinacionales. Compañías de la talla de Electrolux, Nestlé, Volkswagen, Renault, Schneider u Orange, por citar algunos nombres, han certificado al término del primer trimestre del año peores resultados que en igual periodo de 2012. De forma que las ganancias que obtienen en otras partes del mundo resultan mermadas por la caída de la demanda europea. Y lo peor es que esta tendencia, lejos de ceder con el paso de los meses, seguirá instalada durante todo el año. El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, por poner un ejemplo, opina que este ejercicio pondrá a prueba a todo el sector de automoción. Las grandes empresas se suman así a la creciente corriente partidaria de estimular el consumo en Europa.
La morosidad de las grandes empresas
No solo las Administraciones públicas tardan en saldar sus cuentas con los proveedores. En el sector privado, las grandes empresas siguen una táctica similar y tardan una media de 133 días en pagar. De nuevo los grandes perjudicados son las pymes y autónomos, que se encuentran asfixiados entre ambos. Curiosamente, autónomos y pymes saldan sus deudas en una media de 67 días. Los datos son esclarecedores de dónde se necesita que fluya el crédito y hacia quién hay que dirigir los esfuerzos para que tenga más efecto. La Unión Europea debería hacer extensiva a estas empresas la normativa que desde el 1 de enero aplica a las administraciones, para que realicen los pagos en 30 días, bajo la amenaza de penalizar los retrasos.
CONSTRUIR SOBRE LA HERENCIA DE MONTI.
Esto es lo que recomienda la OCDE al nuevo Gobierno italiano para aumentar la productividad e impulsar su competitividad internacional. Dos de los principales obstáculos que tiene que remover Italia, además de solucionar el problema de la elevada deuda pública. La OCDE insiste en la importancia de poner al país en la senda de la consolidación fiscal.
Esta actuación se debe combinar con medidas para liberalizar los mercados laboral y de servicios profesionales.
Fuente: El Economista