La elecciones parlamentarias que se celebrarán en abril de 2014 suponen un riesgo a la baja para el crecimiento y la trayectoria política de Hungría.
Un nuevo mandato de cuatro años para el partido Fidesz acabaría con las esperanzas de establecer unas bases más sólidas para una economía endeudada. El considerable porcentaje de votantes indecisos hace que el resultado de las elecciones sea incierto. Nuestra hipótesis de base (50% de probabilidades) supone que las elecciones de 2014 darán lugar a un nuevo gobierno de izquierdas dispuesto a poner fin a los controvertidos cambios políticos que han resultado tan perjudiciales tanto para el entorno de inversión como para las credenciales democráticas del país. A pesar de la relajación fiscal, si las políticas fuesen más creíbles los mercados húngaros experimentarían una recuperación. Por el contrario, si el partido gobernante Fidesz obtiene otros cuatro años de mandato (40% de probabilidades) y no se introducen reformas estructurales, las perspectivas de crecimiento continuarían viéndose perjudicadas y los riesgos asociados con los activos húngaros se agravarían. Una coalición entre los partidos Fidesz y Jobbik (10% de probabilidades) haría que Hungría adoptase un programa político y económico extremo y provocaría una grave perturbación en el mercado.