En la actualidad, distintas huellas: carbono, ecológica, hídrica o social son objeto de análisis y estudios, por sus repercusiones en nuestro medio ambiente y en el planeta en general.
Huella de carbono
Es la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto. Su impacto ambiental es medido llevando a cabo un inventario de las emisiones de GEI siguiendo normativas internacionales reconocidas, tales como ISO 14064-1, PAS 2050 o GHG Protocol entre otras. La huella de carbono se mide en masa de CO2
equivalente. Una vez conocido el tamaño y la huella, es posible
implementar una estrategia de reducción y/o compensación de emisiones, a
través de diferentes programas, públicos o privados. Esta
actuación representa una medida para la contribución de las
organizaciones a ser entidades socialmente responsables y un elemento
más de concienciación para la asunción entre los ciudadanos de prácticas
más sostenibles.
La huella ecológica
Fue definida por Wackernagel y Rees, en 1996 la definieron en su libro Nuestra Huella Ecológica: reduciendo el impacto humano sobre la Tierra, como “una medida de la carga impuesta por una población dada a la naturaleza”. La huella ecológica
en una herramienta que nos ayuda a analizar la demanda de naturaleza
por parte de la humanidad. La Huella Ecológica de una población
determinada es el área biológicamente productiva necesaria para producir
los recursos que consume y absorber los desechos que genera dicha
población. Dado que los habitantes de cualquier sociedad utilizan
recursos procedentes de todo el mundo, la Huella Ecológica suma y estima
el tamaño de las diversas áreas utilizadas, sin importar el lugar en
que se encuentren.
Huella Hídrica o agua
Se dio a conocer en 2002 por Arjen Hoekstra del Instituto de Educación del Agua de la UNESCO. A día de hoy se define como: “el
volumen total de agua dulce que se utiliza para producir bienes y
servicios de un individuo, de una comunidad o de una empresa”. La Huella hídrica o Huella de agua
es un indicador que incluye el consumo de agua directo e indirecto de
un consumidor o productor, comunidad o empresa y está definida como el
volumen total de agua que necesita para producir los productos y
servicios consumidos por los mismos. El uso del agua se mide en volumen
de agua consumida (o evaporada) y/o contaminada por unidad de tiempo. La
huella de agua es un indicador geográfico explícito, que no solo
muestra volúmenes de uso y contaminación de agua, sino también los
lugares.
Huella Social
Podría entenderse como la marca reconocible y medible que una empresa
deja en la sociedad por razón de sus operaciones. La empresa no puede
evitar dejar rastro. Sus actividades implican a personas y con sus
decisiones crean más o menos empleo, que es en la actualidad lo más
esperado de una empresa; pueden poner en riesgo los derechos humanos,
los principios y derechos fundamentales en el trabajo; pueden impactar
sobre la cultura, etc. En sus prácticas laborales pueden o no gestionar
correctamente las condiciones de trabajo y protección social, pueden
cuidar con mayor o menor esmero la salud y la seguridad en el puesto de
trabajo y pueden realizar una apuesta clara y convencida sobre el
desarrollo y formación de las personas. También deja huella, sin ninguna
duda, la forma de hacer negocios, la competencia leal, el respeto a la
legalidad laboral, fiscal, etc.
Sin hay un denominador común en las huellas anteriormente citadas es su relación con el “desarrollo”, y
su implicación en la “Sostenibilidad”, lo que supone que cuando menos
es necesario valorar los nuevos paradigmas ecológicos y pero también
económicos. Para finalizar, me gustaría mencionar a Lao Tse quién afirmó “Un buen caminante no deja huellas”,
yo diría que debemos valorar qué impacto estamos dejando en
nuestro planeta, porque tal vez las huellas de carbono, ecológicas,
hídricas o social no se puedan borrar con la facilidad que las de la
arena del mar.