La crisis golpea a las marcas históricas
Son iconos empresariales españoles de gran tradición. Dos marcas reconocibles por el español medio, situadas en las dos comunidades autónomas más ricas y prósperas de España. Empresas que ven cómo la caída del consumo y los nuevos hábitos de los ciudadanos adquiridos con la crisis les han puesto en una situación límite. Es la historia de Panrico y ahora Fagor.
La vía elegida para salir de la crisis, la devaluación interna (caída de salarios) tiene unos efectos muy claros en el consumo. El español medio tiene cada vez menos dinero en el bolsillo, mermado también por las subidas de impuestos y el elevado nivel de paro. Ante esa situación, la marca blanca y el low cost triunfa, pero algunas empresas tradicionales, con miles de trabajadores, sufren y tienen que reinventarse para sobrevivir en lo más duro de la crisis.
Empresas bien posicionadas hasta antes de la crisis, con situaciones estables y que ahora están sufriendo. Antes fue el turno de otras grandes marcas ligadas al consumo, como Pescanova o SOS, en las que se entremezcló, además de la crisis, una gestión negligente de sus directivos y que ha terminado en los tribunales.
Fagor
El último ejemplo ha sido Fagor. La cooperativa de electrodomésticos vasca, perteneciente al Grupo Mondragón, ha presentado hoy el concurso de acreedores, ahogado por una deuda de 800 millones y camino de presentar su quinto ejercicio consecutivo de pérdidas.
De poco han servido las rebajas salariales aceptadas por la plantilla, casi un 20% desde que se inició la crisis, que a su vez ya había sufrido. De los 10.000 empleados que tenía en 2008, actualmente solo quedan 5.700. Y ello a la espera de lo que pueda decidir el administrador concursal sobre la empresa, que con 57 años de vida se enfrenta a un futuro complicado. El Gobierno vasco ya ha avisado de que está evaluando la situación de la empresa.
Fagor, el líder español en el mercado de electrodomésticos, calcula que desde 2007 ha reducido sus ingresos en 600 millones, según los datos de el diario El País, con una caída del 37% de las ventas como consecuencia de la competencia de bajo coste que llega de países como China, Turquía y Corea.
Panrico
Similar es el caso de Panrico, el fabricante de Donuts catalán. A finales de septiembre presentó un ERE para 1.900 trabajadores en toda España y poco después solicitó el pre-concurso de acreedores. Huelgas, nóminas impagadas, retrasos con los proveedores y amenazas de disolución han copado los titulares de prensa en el último mes.
Ante la situación, la Generalitat de Catalunya también ha salido al rescate, ofreciendo apoyo financiero. Otras comunidades autónomas con fábricas de Panrico también buscan involucrarse para salvar a la empresa, fundada en 1962. Su situación es crítica: ha perdido 700 en los últimos cuatro años, periodo en el que las ventas han caído a un ritmo anual del 8%.
Por ello, la gerencia ha decidido dar un giro completo a su estrategia empresarial, con el objetivo de reducir los costes laborales y dedicarse a la marca blanca. Para ello, quiere reducir la plantilla a la mitad y llegar a acuerdos con grandes distribuidores para poder colocar sus productos, aunque sea sin marca.