En la búsqueda de interlocutores validados para enfrentar la desafección social frente a proyectos o incluso la operación de una empresa, las ONG ocuparon un lugar preferente hasta fines de la década pasada. Hoy las principales organizaciones de la sociedad civil tienen una agenda local y baja capilaridad con la comunidad local, por lo que han perdido protagonismo en este escenario de conflicto. Sin embargo, siguen constituyendo un grupo de interés relevante para la comunidad por la percepción positiva de ésta ante sus objetivos declarados, la no persecución de lucro y la aparente ausencia de conflcitos de interés.
En este caso, el tercio superior de las empresas rankeadas según mayor valor de ISC obtienen calificaciones de performance que se sitúan mayoritariamente en el nivel “2” (correspondiendo a una carcaterización del tipo “La empresa dispone de un mapa de identificación de ONGs relevantes con su quehacer y ha tomado contacto con ellas para conocer sus preocupaciones y campañas”).
Se ha avanzado muy poco en la búsqueda de soluciones conjuntas con ellas o incluso en la construcción de soluciones innovadoras de negocios con su participación activa. Como es esperable, las empresas vinculadas al uso de recursos naturales (mineras y forestales particularmente) tienen una mayor proximidad con este grupo de stakeholders.
En la siguiente tabla se presenta el cuadro de calificación de performance para la relación con las comunidades como stakeholders relevantes.
Fuente: The Note